Optimizar todos los procesos es una de las máximas aspiraciones de las empresas, sin importar en qué sector operen, y es, precisamente, en este campo, en el que está destacando la metodología lean, que ha revolucionado la forma de trabajar y ha conseguido mejorar la productividad en muchos negocios.
Para entender más sobre lean qué es y su significado, debemos tener presente que estamos hablando de una filosofía de trabajo surgida hace más de 60 años en Japón y que, a pesar del paso del tiempo, sigue siendo tan eficaz como lo era en un primer momento.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Japón se quedó rezagado a nivel económico, porque era un país totalmente devastado y no podía producir al mismo ritmo que el resto. Entonces, en la fábrica de Toyota decidieron poner en marcha lo que serían los antecedentes de esta forma de trabajar, a fin de mejorar los procesos de manufacturación. Para ello, diseñaron un sistema basado en dos principios:
Aplicando estos principios, Toyota empezó a fabricar más rápido y con un menor coste, haciendo que su modelo fuera imitado en el resto del mundo. En realidad, no podemos hablar de una sola metodología de este tipo, más bien tendríamos que referirnos a las metodologías lean, ya que cada empresa puede adaptarlas según sus necesidades.
A día de hoy, esta filosofía de trabajo se centra en cuatro objetivos:
En la metodología lean, los ejemplos de éxito son muy conocidos. Además del caso de Toyota que acabamos de exponer, está el de Nike, que adoptó la filosofía lean en 2011, apostando por mejorar la calidad de sus productos partiendo de la base de la formación de sus empleados para que fueran capaces de realizar buenos artículos.
Como decíamos antes, la metodología no es exactamente igual en todas las empresas, pero la implantación de este sistema sigue unos pasos comunes en todos los casos.
Lo primero que hay que hacer es estudiar en detalle los procesos que se llevan a cabo dentro de la empresa para detectar posibles ineficiencias.
El análisis puede ser estratégico, si busca identificar los recursos que hacen falta para cumplir con los objetivos de competitividad; táctico, si persigue comparar alternativas para encontrar la más adecuada; u operativo, si se centra en una utilización eficiente de los recursos.
Una vez detectados los procesos que se pueden mejorar, se diseña una estrategia basada en tres principios:
La mejora de los procesos requiere buena disposición y actuación por parte de los empleados de la empresa, pero también los clientes y los proveedores pueden participar de la metodología lean.
Por ejemplo, los proveedores pueden ajustar sus plazos de envío para que la empresa no tenga que contar con un stock tan grande almacenado. Mientras que los clientes son una buena fuente de información sobre qué podría mejorarse en el producto o servicio para que se adapte mejor a sus necesidades.
La clave para tener éxito con la metodología lean es aplicarla poco a poco. En lugar de empezar trabajando con procesos complejos, se aplica primero a los procesos más sencillos. Esto reduce el nivel de estrés de los trabajadores cuya forma de trabajar va a cambiar y, además, permite ir revisando con mayor detalle los resultados.
La monitorización de las mejoras implantadas es imprescindible, porque solo así se puede saber si los cambios llevados a cabo están siendo tan efectivos como se esperaba de ellos.
Uno de los primeros beneficios que se obtienen al aplicar esta filosofía de producción es que se eliminan tareas que no aportan valor y se reducen los desperdicios, lo que da lugar a un aumento de la producción con un menor coste.
La monitorización de procesos que se hace al aplicar esta metodología, permite a los directivos tener siempre información actualizada en tiempo real, esto facilita la toma de decisiones y reduce los riesgos, porque estas se basan en datos y no en meras apreciaciones.
Los procesos no solo son más productivos, sino que permiten una mejora continuada de los productos o servicios, con mantenimiento o incluso mejora de la calidad, y esto es algo que redunda positivamente en los clientes.
La metodología lean es apta para todo tipo de negocios, sin importar si son grandes empresas o pymes. La clave para conseguir el éxito es contar con un buen asesoramiento a la hora de implantarla.
Esperamos que este artículo os haya sido de interés. Contacta con nosotros si necesitas ayuda especializada en esta materia, puedes contar con nuestros expertos.